Tres factores que pueden complicar la compra de casa que hay que seguir de cerca

El aumento constante de los precios de la vivienda desde 2014 y el estancamiento de los salarios han provocado que el esfuerzo financiero que las familias españolas deben realizar para comprar una casa haya empeorado en los últimos meses.

A pesar de la buena marcha de la economía española, el aumento del consumo, unos tipos de interés en mínimos históricos y mayor acceso a la financiación para aquellos hogares que disponen de suficientes ahorros para adquirir una vivienda, lo cierto es que las familias cada vez destinan un mayor porcentaje de sus ingresos a pagar la hipoteca y cada vez son necesarios más años de salario para poder pagar una casa.

Según los últimos datos del Colegio de Registradores de España, la cuota hipotecaria mensual media se situó en el segundo trimestre del año en 563,1 euros, una cifra que se está ‘comiendo’ el 29,6% de los ingresos que entran en un hogar cada mes. Los datos del Banco de España, sin embargo, revelan que ya se ha superado la barrera del 30% que los expertos fijan como la línea roja que no debería superarse si no se quieren comprometer otros gastos familiares.

En concreto, la autoridad monetaria constata que en los tres primeros meses del año —los últimos datos disponibles—, dicho porcentaje se situó en el 31,4%, mientras que cifra en 7,2 los años de salario necesarios para poder pagar una vivienda, por encima también de lo que recomiendan los expertos.

Para para llegar con holgura y sin apuros a fin de mes, lo prudente sería que dicho porcentaje se moviera entre el 20% y el 25%, de tal manera que para una familia cuyos ingresos fueran de 2.000 euros netos mensuales, la cuota hipotecaria no debería superar los 600 euros al mes.

Además de la subida del precio de la vivienda, el más evidente, hay otros tres factores que, a juicio de los registradores de España, pueden jugar un papel clave en el deterioro o mejora de la accesibilidad a una vivienda en propiedad: los tipos de interés de las hipotecas, el importe medio de las mismas y los plazos de amortización.

Se encarecen a tipo variable

Por lo que se refiere al primero de ellos, durante el segundo trimestre del año se ha producido un ligero aumento de los tipos de interés de las hipotecas, en concreto de aquellas que se contratan a tipo variable. Aunque por el momento es demasiado pronto para detectar un cambio de tendencia, es un factor a seguir muy de cerca.

Además, aunque el euríbor aún se encuentra en mínimos históricos, el indicador —que sirve de referencia al 80% de las hipotecas en España— ha iniciado un cambio de tendencia que podría llevarlo de nuevo a terreno positivo en un año. Para protegerse de estos vaivenes, son muchas las familias que se han decantado por el tipo fijo que, aunque tiene unos intereses más elevados, asegura una cuota estable a lo largo de la vida del préstamo. En la actualidad, ya representan el 40% de las nuevas contrataciones.

Por otro lado, aunque la banca sigue siendo muy exigente a la hora deconceder hipotecas, lo cierto es que cada vez presta más a las familias para comprar casas. De hecho, el importe medio alcanzó durante el pasado de junio el nivel más alto desde 2008, y cuanto mayor es el dinero prestado, mayor es el esfuerzo que hay que realizar para devolverlo.

Tampoco hay que perder de vista los plazos medios de contratación de las hipotecas que, aunque es una variable que no ha registrado bruscas oscilaciones en los dos últimos años, conviene tener presente. Según los datos de los registradores, los nuevos créditos hipotecarios tuvieron una duración media de 23 años y cuatro meses durante el segundo trimestre, cuatro meses menos que en el trimestre anterior.

Para que nos hagamos una idea del impacto real sobre el bolsillo de una familia, para una hipoteca media de 123.900 euros a 25 años y un interés del 2,43%, la cuota mensual ascendería a 551 euros, mientras que si el plazo se redujera a 22 años, estaríamos hablando de 606 euros, es decir, 55 euros de diferencia al mes o 660 euros al año.

El único factor que puede evitar que la accesibilidad siga debilitándose, según los registradores, es el aumento de los salarios, que aunque crecieron un 0,20% durante el segundo trimestre de 2018, no están consiguiendo subir al mismo ritmo que lo está haciendo la vivienda, lo que no es suficiente para contrarrestar el deterioro de los demás factores.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), desde 2016, el salario medio mensual ha experimentado una tendencia a la baja, lo que sin duda está dañando el poder adquisitivo de las familias. En la actualidad, con los datos disponibles, para un salario medio de 26.535 euros (dato de 2017), un préstamo a 24 años de 123.900 euros y un interés del 2,43%, estaríamos hablando de una cuota hipotecaria de 568 euros, una cifra que se ‘comería’ casi el 30% de los ingresos de ese hogar.

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